Es una necesidad estratégica. Y si estás leyendo esto, probablemente ya lo intuyes: el sistema HACCP puede ser el camino para asegurar la calidad de tus procesos, cumplir con las normativas nacionales e internacionales, y fortalecer tu posición en el mercado.
La certificación en HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control) no solo es una carta de presentación ante tus clientes y autoridades sanitarias. Es, sobre todo, un mecanismo que transforma tu forma de operar. En Perú, su implementación se encuentra alineada con la Ley de Inocuidad Alimentaria (Ley N.° 28314) y los lineamientos establecidos por entidades como DIGESA, SENASA, y organismos internacionales como el Codex Alimentarius.
Obtener esta certificación te permitirá:
El sistema permite identificar, evaluar y controlar peligros que puedan afectar la seguridad alimentaria en cada etapa de la producción, evitando contaminaciones biológicas, químicas o físicas.
En Perú, HACCP es requerido por DIGESA, SENASA y el Codex Alimentarius para garantizar que los alimentos sean seguros. Además, es obligatorio para empresas que exportan alimentos.
Al ser un enfoque preventivo, evita que los problemas ocurran en lugar de corregirlos después. Esto reduce el riesgo de intoxicaciones, decomisos, sanciones y daños a la reputación.
Establecer puntos de control y protocolos definidos permite optimizar procesos, reducir reprocesos y evitar pérdidas económicas.
Las empresas que implementan HACCP demuestran su compromiso con la calidad y la seguridad, lo que genera mayor confianza entre clientes, proveedores, entidades reguladoras e inversionistas.
Muchos clientes, supermercados, empresas exportadoras y cadenas de distribución exigen HACCP como requisito para comercializar sus productos.
Es un requisito técnico base para implementar estándares más exigentes como ISO 22000, BRC o FSSC 22000.
La implementación de un sistema HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control) se estructura en dos fases principales, que permiten desarrollar de forma ordenada y eficaz una estrategia de inocuidad alimentaria basada en el control preventivo de riesgos.
Esta etapa tiene como objetivo sentar las bases para el desarrollo del sistema HACCP. Involucra los siguientes pasos:
Esta fase es el núcleo del sistema y está basada en los siete principios fundamentales del HACCP, definidos por el Codex Alimentarius.
Principio 1: Identificación y análisis de peligros
Analizar todos los peligros físicos, químicos o biológicos potenciales en cada etapa del proceso y definir medidas de control.
Principio 2: Determinación de los Puntos Críticos de Control (PCC)
Establecer en qué etapas del proceso es necesario aplicar controles para prevenir o eliminar un riesgo alimentario.
Principio 3: Establecimiento de límites críticos
Definir valores específicos y medibles (por ejemplo, temperatura, pH, tiempo) que aseguren el control del PCC. En una misma etapa puede haber más de un límite crítico.
Principio 4: Establecimiento de un sistema de monitoreo
Diseñar procedimientos de vigilancia para cada PCC, asegurando que se controlen de forma continua o periódica. La evaluación debe ser realizada por personal capacitado.
Principio 5: Establecimiento de acciones correctivas
Definir medidas inmediatas a aplicar cuando se detectan desviaciones en los PCC, con el fin de recuperar el control del proceso.
Principio 6: Establecimiento de procedimientos de verificación
Asegurar que el sistema HACCP está funcionando correctamente mediante:
Principio 7: Establecimiento de documentación y registros
Mantener una documentación adecuada del sistema, incluyendo registros de monitoreo, acciones correctivas, resultados de verificación y cualquier modificación al plan HACCP.
Además de los principios HACCP, en Perú se exige cumplir con condiciones higiénico-sanitarias básicas (Buenas Prácticas de Manufactura – BPM) previas a la implementación del sistema.
Esto es obligatorio para acceder a registros sanitarios, exportaciones y licencias de funcionamiento, sobre todo en empresas reguladas por DIGESA (productos procesados y bebidas) y SENASA (productos agropecuarios).
Nota importante: En Perú, también es recomendable que el sistema HACCP esté alineado con los requerimientos del DIGESA, SENASA y otras autoridades sanitarias nacionales.
El plazo puede variar dependiendo del tamaño de la empresa, la complejidad del proceso y el grado de cumplimiento inicial con BPM. En promedio:
¿Y la certificación?
Una vez implementado el sistema, puedes optar por una auditoría de certificación realizada por un organismo acreditado. Esta auditoría evalúa si el sistema HACCP está funcionando correctamente y si cumple con los estándares del Codex Alimentarius y los requisitos del cliente o del mercado destino.
¿Estás listo para dar el paso?
La certificación HACCP no solo mejora tu posicionamiento competitivo; también te prepara para un futuro donde la inocuidad será sinónimo de sostenibilidad y éxito empresarial.
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