En un entorno cada vez más exigente respecto a la inocuidad alimentaria, las empresas peruanas del sector —desde productores hasta distribuidores— enfrentan un desafío clave: garantizar alimentos seguros para el consumidor final. La norma ISO 22000 responde a esta necesidad, ofreciendo un marco internacional para establecer, mantener y mejorar un Sistema de Gestión de Seguridad Alimentaria (SGSA) efectivo.
Implementar esta norma no es solo un requisito para exportadores o grandes cadenas. Es una decisión estratégica que posiciona a tu empresa como una organización confiable, alineada con los estándares globales y capaz de controlar eficazmente los riesgos alimentarios.
La certificación ISO 22000 permite identificar y gestionar peligros alimentarios a lo largo de toda la cadena de suministro. Además del cumplimiento con regulaciones nacionales e internacionales, facilita:
Beneficios clave:
El primer paso para una implementación exitosa es el liderazgo desde la alta dirección. La seguridad alimentaria debe formar parte del ADN de la organización, no solo de un departamento.
Acciones Clave:
Antes de diseñar el sistema, es fundamental analizar el punto de partida de la organización y detectar diferencias entre las prácticas actuales y los requisitos de la norma.
Acciones clave:
Esta etapa implica construir el SGSA de forma estructurada, con base en el enfoque de procesos y el pensamiento basado en riesgos.
Acciones clave:
Todo el personal debe comprender su rol en la seguridad alimentaria. La capacitación debe ser continua, adaptada a las funciones específicas de cada trabajador.
Acciones clave:
Una vez implementado el sistema, es necesario verificar su eficacia mediante auditorías internas y revisiones periódicas.
Acciones clave:
Finalmente, un organismo certificador acreditado evalúa el cumplimiento del sistema mediante una auditoría externa. Si se cumplen todos los requisitos, se otorga la certificación.
Acciones clave:
En Perú, el marco legal en inocuidad alimentaria (Ley de Inocuidad de los Alimentos, D. Leg. 1062, y su reglamento DS 034-2008-AG) exige que las empresas alimentarias implementen buenas prácticas de manufactura (BPM) y sistemas basados en HACCP para garantizar alimentos inocuos.
Para poder operar legalmente en Perú, las empresas de alimentos deben obtener registros sanitarios de sus productos y cumplir con condiciones higiénico-sanitarias básicas.
En general, la implementación puede tomar entre 3 y 8 meses, dependiendo del punto de partida de la organización:
Una vez implementado el sistema, el proceso de certificación suele tardar entre 1 y 2 meses, distribuidos en:
Si no hay no conformidades mayores, el certificado puede emitirse en 2 a 4 semanas después de la auditoría.
El precio depende de varios factores:
A pesar de la inversión, los beneficios operativos, reputacionales y comerciales superan con creces el costo inicial.
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Adoptar esta norma es una apuesta por la excelencia operativa y la sostenibilidad en la industria alimentaria. En un país como Perú, donde la exportación agroalimentaria y la confianza del consumidor son pilares del crecimiento, la Certificación ISO 22000 es clave para asegurar la competitividad.
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