En tiempos de mayor escrutinio público y exigencias legales, las empresas peruanas enfrentan un reto crucial: demostrar integridad y prevenir el soborno de forma verificable.
Cada vez más organizaciones dan un paso estratégico: prepararse para obtener la certificación ISO 37001, el estándar internacional que reconoce a las empresas con una gestión antisoborno sólida, auditable y confiable.
Pero más allá del cumplimiento técnico, el verdadero valor está en cómo la empresa se organiza para adoptar una cultura preventiva, coherente con su realidad operativa.
En este artículo encontrarás una guía práctica y estratégica para preparar a tu organización antes de contactar al organismo certificador.
Antes de empezar: preguntas clave de reflexión
Antes de iniciar el proceso de certificación, es fundamental detenerse a reflexionar:
- ¿Contamos con liderazgo comprometido desde la alta dirección?
- ¿Sabemos cuáles son los procesos más expuestos al riesgo de soborno?
- ¿Nuestros controles actuales realmente funcionan o solo existen en el papel?
- ¿Estamos listos para impulsar una transformación cultural hacia la ética corporativa?
Responder con honestidad a estas preguntas evitará una implementación superficial y te permitirá construir un sistema que funcione de verdad.
Ruta estratégica para prepararte a certificar
Aquí no hablaremos del paso a paso técnico, sino de acciones estratégicas y culturales que marcan la diferencia en un proceso de certificación exitoso.
1. Sensibiliza desde el liderazgo hacia abajo
La certificación no es solo un tema del área legal o de cumplimiento. Empieza por capacitar a gerencias y mandos medios, que luego serán clave para sostener el sistema.
Incluye en este proceso a los equipos que gestionan:
- Compras y contrataciones.
- Tesorería y pagos.
- Alianzas, licitaciones o proyectos con el Estado.
💡 Recomendación: organiza talleres prácticos con casos reales para entender qué es soborno y cómo prevenirlo.
2. Documenta lo que ya haces (y haz lo que documentas)
Muchas organizaciones peruanas tienen controles útiles, pero no están formalizados ni se aplican de forma consistente.
Antes de escribir nuevos procedimientos, identifica qué ya funciona y estandarízalo. Luego, asegúrate de que todos lo apliquen.
📌 La certificación valora la coherencia entre lo escrito y lo que se vive.
3. Asegura canales reales de denuncia y respuesta
Un canal de ética que nadie usa es un sistema fallido.
Para que funcione, debe ser:
- Accesible (correo, app, buzones físicos).
- Seguro y confidencial.
- Abierto a colaboradores y terceros.
- Capaz de responder sin represalias.
🔎 Bonus: antes de la auditoría, simula un caso de denuncia y revisa si tu protocolo de atención realmente funciona.
4. Evalúa a tus aliados y terceros
Muchas certificaciones fallan porque no se considera que el riesgo de soborno también existe en proveedores, consultores o subcontratistas.
Define criterios mínimos para:
- Evaluar su historial.
- Incluir cláusulas antisoborno en contratos.
- Monitorear su desempeño.
⚠️ En Perú, estas medidas son especialmente necesarias en sectores como construcción, salud, obras públicas y minería.
5. Mide avances antes de ir a la auditoría
No esperes al auditor externo para descubrir debilidades. Realiza una evaluación pre-auditoría con personal interno o un tercero independiente.
Esto te permite:
- Validar si los controles se aplican en campo.
- Corregir desviaciones a tiempo.
- Generar confianza en el proceso de certificación.
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